Aunque puede parecer una pregunta de fácil respuesta, los colores de una estancia pueden condicionar mucho la percepción que tenemos sobre esta.
Elegir la paleta de color de nuestra casa o negocio, es igual de importante o más que escoger un pavimento, una tapicería o los muebles que le vamos a poner. Hoy os dejamos 6 consejos clave para acertar en esta (a veces) difícil elección.
1.El tamaño de la estancia es muy importante: Los colores claros tienen el poder de amplificar el espacio y los oscuros, más bien al contrario.
Si lo que buscamos es ganar amplitud en alguna de las zonas de nuestra casa o de nuestro negocio, será necesario utilizar tonos claros y luminosos.
A pesar de lo que mucha gente cree, para dar amplitud a un espacio no es necesario abusar del color blanco nuclear.
Dentro del blanco hay infinidad de variables con matices más cálidos (que tiran a rojos o amarillos) o más fríos (con toques de verde o azul) que a simple vista nos van a parecer blancos, pero que sin darnos cuenta nos van a dar una sensación más amable y menos quirúrgica.
Por otro lado, si dejamos el blanco y nos decantamos por tonos grises, beiges o tierra el efecto es casi igual de luminoso y mucho más amable y cálido.
Los colores oscuros, por otra parte, aportan profundidad y carácter a las estancias.
Es cierto que a la hora de emplear colores oscuros debemos tener en cuenta el tamaño del espacio en cuestión para no reducir visualmente su tamaño, pero el resultado siempre es muy elegante y diferente. ¿A quién no le aburren los interiores totalmente Beige?

2. La luz natural juega un papel fundamental a la hora de elegir colores y debemos tenerla en cuenta. Los colores más claros siempre van a potenciar la luminosidad, nos ayudan a que se refleje la luz natural y como hemos dicho antes agrandan los espacios. Si tenemos una estancia pequeña y con poca luz natural, sin ningún tipo de duda debemos hacer que predominen estos tonos.
No es nada aconsejable utilizar colores oscuros en zonas con poca luz natural. El efecto puede ser hasta claustrofóbico y es muy difícil romper con esa percepción.
Si por el contrario tienes una estancia grande y con mucha luz natural y has decidido que predominen los tonos oscuros o más potentes, te recomendamos que uses elementos que ayuden a aportar un poco de contraste y a potenciar la luz como por ejemplo textiles en tonos beige o naturales, láminas o decoración en las paredes en tonos claros o una iluminación estratégica y bien pensada.

3. ¿Qué nos dice la psicología del color?
Este tipo de estudios nos dan herramientas para ayudarnos a elegir los colores que es mejor usar en cada estancia.
Aunque parezca mentira, se encargan de interpretar qué efectos tienen determinados colores sobre nuestro estado tanto físico como de ánimo.
Por ejemplo: Los colores cálidos como el amarillo, el rojo, el terracota, el rosa o el naranja nos provocan emociones como la euforia, pero también el enfado. En cambio, los colores fríos, nos transmiten paz, relax y descanso.
Esto ya nos da muchas pistas de qué combinación de colores usar en cada estancia:
- Los tonos fríos como los azules o los verdes son ideales para espacios en los que quedemos desconectar y descansar. Son muy útiles en dormitorios, pero también en espacios como el salón o una sala de reuniones si lo que queremos es que se transmita calma.
- Los tonos cálidos, por el contrario, es preferible usarlos en zonas como la cocina en los que debemos estar más activos o en espacios más sociales. Aun así, son colores que hay que utilizar de forma moderada ya que pueden resultar un tanto estridentes.

4. Debemos tener en cuenta los elementos existentes y su paleta de color.
No es lo mismo un espacio con suelo hidráulico, que uno con terrazo. Uno con las puertas de madera o uno con las puertas blancas. Uno con muebles muy coloridos o uno con muebles blancos, etc.
La mayoría de las veces los elementos existentes ya nos dan una pista de por dónde debemos tirar. Si el gran protagonista del espacio es el suelo (con un suelo hidráulico original, por ejemplo) el resto de elementos es preferible que pasen más desapercibidos y que intentemos elegir colores que igualen sus gamas de color.
Si por el contrario tenemos un suelo muy neutro de madera, con puertas blancas y mucha luz natural, nos podemos atrever con colores más potentes y alegres en el resto de los elementos.


5.¿Y cómo pintamos las paredes y los techos?
La lógica es exactamente la misma que con el resto de los elementos. Los colores claros amplifican, los colores oscuros lo contrario. Nuestro consejo es que pienses en paredes y techos como una misma unidad.
Tener las paredes de colores y el techo blanco está bastante pasado de moda y en la mayoría de los casos no resulta nada favorecedor.
Pintar el techo del mismo tono que el resto de las paredes, en cambio, nos va a dar profundidad y continuidad en la habitación, va a sumar sensación de amplitud y nos va a permitir dar todo el protagonismo al resto de elementos de la estancia. La sensación envolvente que se respira en estos espacios ¡es siempre un acierto!

6.Para acabar, hablemos de puertas y ventanas.
Ya hemos visto cómo intentar convivir con los elementos existentes, pero estos se merecen una mención especial.
Son dos elementos que pueden tener personalidad propia y no siempre es la mejor opción que se mimeticen con el entorno. Darles un tono diferenciador, sobre todo a las puertas, nos va a ayudar a desviar la atención hacia ellas y a convertirlas en parte de la decoración por sí mismas.
Si por el contrario lo que buscamos es una sensación más envolvente y que pasen inadvertidas, será necesario que siga todo un mismo tono. Hablamos por ejemplo de las puertas semi ocultas o enrasadas que buscan pasar desapercibidas y parecer al máximo parte de la pared. En este caso, aconsejamos elegir colores neutros que no carguen el espacio más de la cuenta.

Como último consejo general, te diremos que intentes hacer siempre pruebas de color in situ. No se perciben igual los colores en un sitio que en otro, la incidencia de la luz puede ser muy diferente y puede hacer que veamos el color con otra tonalidad.
Pide muestras de materiales y de pinturas y asegúrate siempre de que es el color que tenías en mente.